jueves, 7 de agosto de 2014

¡No Grites! (Parte 2)

Abrió la puerta y César ya lo estaba golpeando y le dio la primera apuñalada con el cuchillo cuando Marisol empezó a levantarse y un destello de sus manos comenzó a brotar...
- ¿Ya está muerto?  ¿César? 
César sólo miraba aquel cuerpo inmóvil tirado sobre el suelo.
- Sí - dijo César. Apenas Marisol lo escuchó.
Marisol se acercó a César y trató de tranquilizarlo. Ya no había más por hacer. El hombre que los persiguió con el único fin de asesinarlos, estaba muerto. Querían pensar que todo había terminado, que toda probabilidad de peligro había terminado, sin embargo, ambos sabían que sólo el hecho de pensar eso, podría ser su fin.
-Marisol, busca alguna maleta o bolsa grande y toma lo necesario para largarnos de aquí, mientras yo buscaré... - se calló.
- Enseguida, pero ¡¿a dónde rayos nos largaremos?! Para empezar, ha de ser como la una de la mañana y seguro hay muchos animales peligrosos afuera, aunque eso es lo menos. Sabes que sólo mandaron  a un hombre a matarnos porque creyeron que con él era más que suficiente, pero ahora que se encuentra muerto y se den cuenta que no regresa con nuestros cuerpos fusilados, ellos vendrán a buscarnos. César, tengo miedo, pánico, me siento débil. 
- Sólo haz lo que te digo, confía en mí, ¿quieres?
- Pero César...
- ¡Haz lo que te digo! - gritó César con desesperación - sólo no tardes más de diez minutos, por favor.


César fue al que era el estudio de su padre, necesitaba encontrar...

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